Astronautas pisarían una de las zonas más frías de la Luna en 2027 pero necesitarán botas espaciales que soporten los -223 grados
Los astronautas de Artemis III NASA explorarán el Polo Sur lunar y enfrentarán temperaturas extremas. Para la exploración, la NASA diseña botas espaciales con protección térmica avanzada.
La misión Artemis III de la NASA llevará en 2027 a un equipo de astronautas al Polo Sur de la Luna, una de las zonas más gélidas del satélite. La tripulación se enfrentará a condiciones extremas con temperaturas de hasta -223 grados Celsius, lo que supone un desafío técnico para su equipamiento.
Uno de los elementos más críticos de su traje espacial serán las botas espaciales, diseñadas para resistir el frío extremo y permitir movilidad en terrenos irregulares. Investigadores de la Universidad de Dakota del Norte trabajan en el desarrollo de prototipos con tecnología avanzada para garantizar estabilidad y seguridad en la superficie lunar.
Artemis III será la primera misión tripulada en aterrizar en el Polo Sur de la Luna. Foto: NASA
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Las nuevas botas espaciales de la NASA: diseño y tecnología
Las botas espaciales para la misión Artemis III deben proteger contra temperaturas extremas, proporcionar tracción en terrenos inestables y mantener la movilidad de los astronautas en la gravedad reducida de la Luna. Los científicos incorporaron placas térmicas rígidas en las suelas, que conservan el calor corporal y evitan la congelación de los pies. Además, se han diseñado con materiales altamente resistentes para soportar el regolito lunar, un polvo abrasivo que puede dañar el equipamiento.
Traje espacial que llevarán los astronautas para la misión Artemis III. Foto: NASA
Los especialistas también analizan el impacto biomecánico del calzado en el cuerpo humano. Según el estudio, las botas deben permitir un movimiento natural y no restringir la movilidad, ya que una postura incorrecta podría provocar lesiones en las rodillas, caderas o columna durante caminatas prolongadas.
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¿Qué pasaría si las botas fallaran?
Un fallo en las botas espaciales podría comprometer la seguridad de los astronautas. La exposición prolongada a temperaturas de frío extremo sin el aislamiento adecuado podría causar hipotermia severa e incluso congelación.
Además, la falta de tracción en la suela podría aumentar el riesgo de caídas en terrenos escarpados, lo que dificultaría las tareas de exploración y pondría en peligro la integridad física de la tripulación. Para prevenir estos problemas, la NASA realiza simulaciones en gravedad reducida, probando prototipos en laboratorios especializados.