Encuentran en muestra de asteroide Bennu los ingredientes básicos que podrían haber traído vida a la Tierra, según estudio
Los estudios, que analizaron muestras traídas por la misión Osiris-Rex, identificaron aminoácidos y compuestos nitrogenados raros, además de elementos como cristales de agua y compuestos orgánicos.
El análisis de las muestras analizadas del asteroide Bennu revelan la existencia de minerales y aminoácidos esenciales para el surgimiento de la vida, según dos investigaciones publicadas recientemente en la revista Nature Astronomy. La nave espacial Osiris-Rex de la NASA —responsable de la recolección de un total de 120 gramos de regolito, una mezcla de polvo y grava en 2020— se encontraba a 300 millones de kilómetros de la Tierra en ese momento. En 2023, la cápsula que contenía la carga fue depositada en nuestro planeta para que los científicos analicen el material sin riesgo de contaminación atmosférica.
Un análisis preliminar ya había confirmado la existencia de "cristales de agua y carbono, dos elementos fundamentales en el origen de la vida", expresó con entusiasmo Bill Nelson, administrador de la NASA. Sin embargo, los estudios indican que Bennu contiene una variedad de compuestos que superan a los hallados en la Tierra. La diversidad de las materias orgánicas detectadas en las muestras "es incompatible con la biología terrestre", según un primer estudio publicado en Nature, liderado por el astrobiólogo de la NASA Daniel Glavin y el astroquímico Jason Dworkin.
Muestra de asteroide Bennu revela ‘caldo’ con los ingredientes de la vida
Entre las muestras se han identificado aminoácidos, incluyendo catorce de los veinte necesarios para la formación de proteínas en los organismos terrestres, así como las cinco bases que constituyen el ADN y el ARN de todos los seres vivos. Además, el análisis ha puesto de manifiesto la presencia de aminoácidos muy raros o ausentes en nuestro planeta, así como miles de compuestos nitrogenados.
Bennu, considerado un conglomerado de escombros, se formó hace menos de 65 millones de años a partir de un cuerpo celeste mucho más masivo, cuyo origen se remonta a los inicios del sistema solar, hace aproximadamente 4.500 millones de años. Este hallazgo refuerza la teoría de que la vida en la Tierra pudo haber recibido un impulso de origen extraterrestre.
Tim McCoy, conservador de la colección de minerales del Museo Nacional de Historia Natural de Estados Unidos y autor principal del estudio, destacó que "los ingredientes brutos para la vida se combinaban de maneras interesantes y complejas dentro del padre de Bennu". Este trabajo, que involucra a numerosos laboratorios internacionales, ha revelado la existencia de sales minerales, compuestos inorgánicos esenciales para la vida, que nunca antes se habían detectado en muestras extraterrestres.
La presencia de estas sales se atribuye a la evaporación de bolsas de agua que contenía el asteroide progenitor de Bennu. El profesor Yasuhito Sekine del Instituto de Ciencia de Tokio, en un artículo que acompaña la publicación, enfatiza que el agua del asteroide "habría contenido compuestos orgánicos e inorgánicos que habrían sufrido reacciones para formar moléculas biológicas", fundamentales para el surgimiento de la vida.
Estas reacciones, según Sekine, "podrían haber sido inducidas por la evaporación del agua intersticial", resultando en la formación de salmueras similares a las costras de sal que se observan en los lagos secos de la Tierra. Las muestras de Bennu, por ejemplo, contienen seis minerales que se encuentran en el lago seco Searles, en California.