Al menos cinco soldados muertos por ataque guerrillero en el suroeste de Colombia

Al menos cinco soldados murieron el martes por un ataque con explosivos perpetrado por guerrilleros disidentes de las FARC en una región del suroeste de Colombia, clave para la producción de cocaína, confirmó un vocero del ejército a la AFP.
"Lamento, condeno y rechazo el vil ataque terrorista de la Estructura Carlos Patiño en la Vereda la Esperanza, Balboa, (departamento del) Cauca" contra una caravana del Ejército, escribió el martes en la red social X el ministro de Defensa, Pedro Sánchez.
El convoy se trasladaba desde el municipio de Balboa hacia el sector de La Hacienda, un pueblo rural ubicado en una conflictiva región conocida como el Cañón del Micay.
Los soldados emprendían un viaje de unos 100 kilómetros para reinstalar en La Hacienda un puente que a inicios de marzo había sido destruido por rebeldes del Frente Carlos Patiño adscritos al Estado Mayor Central (EMC), una agrupación de disidentes de la extinta guerrilla de las FARC que no se acogieron al histórico acuerdo de paz con el gobierno en 2016.
En esa zona, que alberga una de las mayores concentraciones de cultivos de coca en el país, la semana pasada fueron retenidos durante tres días 28 policías y un militar hasta su liberación el sábado por medio de intensas negociaciones, luego de una violenta jornada de enfrentamientos entre pobladores y la fuerza pública.
El presidente izquierdista Gustavo Petro expresó el lunes durante una reunión con sus ministros su intención de recuperar "el total del Micay", uno de los principales bastiones de los rebeldes bajo el mando de alias Iván Mordisco.
Este antiguo comandante de las FARC se apartó en 2024 de las negociaciones de paz que el EMC había iniciado con el gobierno de Petro un año antes.
Otra facción de esa agrupación, al mando de alias Calarcá, se mantiene en las conversaciones.
Tras la ruptura de las negociaciones con Mordisco, el ejército lanzó en el Cañón del Micay la operación Perseo en octubre, con la intención de recuperar la región.
Colombia atraviesa su más grave ola de violencia en la última década, con distintos focos en el noreste y suroeste del país.
La escalada pone en jaque la apuesta de su primer gobierno de izquierda por lograr el desarme de todos los grupos armados para desactivar, mediante el diálogo, un conflicto interno de seis décadas.
vd/ag
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