Agencias

Marzieh Hamidi, una taekwondista afgana en lucha contra los talibanes


La campeona afgana de taekwondo Marzieh Hamidi explicó a la AFP que las amenazas de muerte que recibe y que le obligan a vivir bajo protección policial francesa, demuestran que sus críticas a los talibanes son eficaces.

Su combate contra el régimen talibán en el poder en su país se alinea con la educación recibida en "una familia de luchadores por la libertad". Su padre estuvo en el ejército afgano antes de exiliarse en Irán.

Para Marzieh, una joven deportista que tiene hoy 22 años, su arma ha sido su voz desde que llegó a Francia en diciembre de 2021, después de haber vivido varios meses bajo el régimen talibán, que recuperó el poder en agosto de ese año.

Sus críticas claras y contundentes contra los talibanes han tenido repercusiones directas para ella.

El pasado septiembre se le concedió protección policial después de haber recibido 5.000 llamadas y de que 500 de ellas incluyeran amenazas de muerte o de violación.

- "Tengo más poder que ellos" -

Pese a este ciberacoso y la gravedad de las amenazas, Marzieh Hamidi, que llegó a ser campeona de Afganistán en -57 kg y que está en el 'Top 100' mundial de su categoría, hace una lectura positiva de lo que está viviendo.

"Esto significa que tengo más poder que ellos porque sigo hablando de la situación", contó a la AFP en el despacho de su abogada, Inès Davau, en París.

"No solo hay que boicotear a los talibanes sino a todos los que les normalizan. Eso puede incluir a deportistas, artistas o activistas", puntualiza.

Está pensando especialmente en la selección masculina afgana de críquet, uno de los pocos equipos del país presente en las competiciones internacionales, a los que considera con lazos estrechos con los talibanes y que cree que deberían ser boicoteados por sus adversarios.

Hamidi, que tiene por objetivo competir en los Juegos Olímpicos de Los Ángeles en 2028, tiene pasaporte afgano y un permiso de residencia en Francia por 10 años.

Los talibanes han impuesto una versión austera de las leyes islámicas que las Naciones Unidas consideran un "apartheid de los sexos". Afganistán es también el único país del mundo en el que se impide el acceso de las mujeres a la enseñanza secundaria y a la universidad.

"Tengo que combatir porque estuve atrapada allí tres meses. Vi que el sistema iba contra las mujeres, cómo hacían del país un mal lugar para todos. Por eso hablo de este asunto", explica.

Hamidi nació en Irán pero regresó con su familia a vivir a Afganistán en 2020. Desde su salida a finales de 2021 sigue preocupada por los amigos que dejó allí.

- "Me siento sola" -

La joven deportista insiste además en su rechazo a la obligación de llevar burka.

"Si yo estuviera en Afganistán, me estaría prohibido hablar con otras mujeres. Es el final de la humanidad, no puedes respirar. Te pones un burka y es como si estuvieras en prisión mientras andas por la ciudad", afirma.

En Francia su vida tiene unas limitaciones que resultarían extrañas a la mayoría de personas. Cuando quiere ir al cine o a un restaurante, tiene que haber un plan previo de planificación y un escolta policial tiene que acompañarle para asegurarse de que la zona es "segura".

"A mí edad es algo que resulta demasiado, solo quiero vivir libremente y salir de fiesta. Estoy orgullosa de mi lucha, no me arrepiento de ella, pero me pone triste ese efecto que tiene sobre mi vida. Me cuesta mi seguridad, mi libertad, mis ganas de vivir", lamenta.

Cuenta con el apoyo incondicional de sus padres, de sus tres hermanas y de su hermano, que viven en un lugar no divulgado.

"Tienen un auténtico espíritu de lucha contra la ideología de los talibanes. Por eso siempre me van a apoyar", explica Hamidi, que vio a sus padres recientemente.

"Mi madre me dice que esté tranquila, pero es mi madre y se preocupa. Mi padre es más bien de animarme a continuar y continuar", cuenta.

"A veces me siento sola", admite. "Estoy un poco perdida, es complicado tener una vida equilibrada. Es mucha presión porque la cosa más importante para mí es el taekwondo", sentencia.

Pero lo que tiene claro es que no va a rendirse en su combate: "Si me callo, ellos ganan".

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