En EEUU, los adeptos al teletrabajo rechazan la vuelta atrás
"Nadie sueña con estar encadenado a un escritorio en una empresa", afirma Curtis Sparrer, pionero del teletrabajo y reacio a los argumentos de las grandes empresas estadounidenses decididas a que sus empleados regresen al trabajo presencial cinco días a la semana.
"Las oficinas físicas son una señal de falta de confianza implícita, como si hubiera que ver a la gente en persona para asegurarse de que están haciendo su trabajo", explica este jefe de agencia de relaciones públicas desde la habitación de su apartamento dedicada al teletrabajo, con vistas a los tejados de las casas de San Francisco.
Al salir de la pandemia, la organización híbrida, con 2 o 3 días de trabajo presencial por semana, estaba de moda, salvo excepciones, como Goldman Sachs y Tesla, que rápidamente dispusieron la vuelta a la modalidad presencial a tiempo completo.
Cinco años después de los primeros confinamientos, varios grandes grupos rechazan el trabajo híbrido.
A principios de año, los ingenieros y empleados administrativos de Amazon se vieron obligados a regresar cinco días a la semana. Y más del 90% de ellos están descontentos, según una encuesta realizada por la red social profesional Blind en septiembre.
En los foros de Reddit, los usuarios informan que rechazaron entrevistas para trabajar en el gigante del comercio electrónico y la nube.
Otros especulan que se trata de un método para reducir personal sin un plan social, pero creen que el grupo perderá a su mejor gente.
- Oficinas y desperdicio energético -
En JPMorgan Chase, el anuncio, en marzo, del fin del teletrabajo no cayó mejor. Fueron tantos los comentarios negativos -referidos a los costos de transporte o al cuidado infantil, entre otros- publicados por los empleados en una plataforma interna la semana pasada que el banco cerró la sección, según el Wall Street Journal.
"Realmente esperamos que esto no conduzca a una deserción, que resulte en una selección negativa", dijo Jeremy Barnum, director financiero de la firma, en una conferencia con analistas el miércoles.
"Es realmente decepcionante, tenía la impresión de que habíamos avanzado mucho y que el teletrabajo se estaba convirtiendo poco a poco en la norma en el país", lamenta Curtis Sparrer.
Cuando fundó Bospar en enero de 2015, el empresario eligió desde el principio no alquilar oficinas, para ahorrar dinero y también para poder contratar gente más allá de San Francisco y Nueva York.
Diez años después, no se arrepiente. "Una oficina representa muchas cosas: el poder de la persona que tiene ventana con vista a la calle, y la sensación de desigualdad que eso genera; los riesgos de acoso sexual; o de contagio, cuando alguien está enfermo; los chismes; los ruidos de masticación", enumera.
Sobre todo, Sparrer considera que el teletrabajo es una buena manera de reducir las emisiones de gases de efecto invernadero, dado que la mayoría de los estadounidenses viajan al trabajo en coche. "Y los edificios de oficinas son una pesadilla en términos de desperdicio energético", asegura.
Además, al quedarse en casa, los empleados también tienen más probabilidades de cocinar en lugar de pedir comida a domicilio, o reciclar sus residuos, según un estudio encargado por Bospar.
- Mejor calidad de vida -
Para fines de 2024, aproximadamente un tercio de las empresas estadounidenses exigían que el personal estuviera presente a tiempo completo, el 38% tenía un enfoque combinado y menos del 30% les daba a sus empleados la opción de elegir, según el "Flex Index", un estudio de la compañía especializada Scoop.
DrFirst, una empresa que ofrece un paquete de software de atención médica, tenía tres oficinas antes de la pandemia, en Arizona y Maryland. Actualmente sus 400 empleados se encuentran teletrabajando.
La dirección tomó esa decisión en 2023, tras realizar una encuesta: "Más del 85% de las personas notaron una mejora en su calidad de vida y en su salud mental o física", afirma Mathew Carrico, director de recursos humanos. "Y la productividad siguió siendo alta".
La firma ha creado grupos de interés para generar vínculos entre compañeros, reuniones periódicas para que los empleados se sientan valorados y un sistema de rendimiento basado en objetivos trimestrales. "No dictamos dónde, cuándo, cómo. Confiamos en ellos, pero también hay mecanismos para garantizar que el trabajo se haga", señalan.
Heather Happe, empleada de DrFirst desde hace casi 14 años, está feliz de escapar de los embotellamientos de la mañana y la tarde.
"Al principio, teníamos tendencia a no dejar nunca de trabajar", recuerda. "Pero encontramos un equilibrio. (...) ¡Y veo mucho más a mi hijo, a mis animales y a mis plantas!"
juj/dg/mr
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