José Enrique Escardó, primer denunciante del Sodalicio de Vida Cristiana, se reúne con el papa Francisco en el Vaticano
Escardó expresó que, tras 25 años, pudo conversar con el máximo representante de la Iglesia católica sobre los abusos sufridos y agradecerle las medidas adoptadas en el proceso de disolución del Sodalicio.
José Enrique Escardó, el primer denunciante de los abusos perpetrados por el Sodalicio de Vida Cristiana, se reunió con el papa Francisco como parte del proceso de disolución al que está siendo sometido este grupo católico que fue señalado por cometer abusos psicológicos, físicos y sexuales. Escardó, quien también es presidente de la Red de Sobrevivientes Perú y del Movimiento de Valientes Latinoamérica y el Caribe, compartió sus impresiones a través de la plataforma X (antes Twitter) tras la reunión con el máximo representante de la Iglesia católica.
"Después de 25 años, una víctima del Sodalicio y primer denunciante ha tenido una audiencia privada con el papa Francisco. He conversado con él, le he contado mi experiencia y los abusos que sufrí en el Sodalicio. También le agradecí por las medidas que está tomando", declaró el damnificado.
Asimismo, el denunciante comentó que durante su reunión con el sumo pontífice se confirmaron algunos detalles sobre el proceso de disolución del Sodalicio, como la designación del comisario Jordi Bertomeu, información previamente mencionada por este medio. También afirmó que el papa Francisco le expresó su respaldo total en el desarrollo de dicho proceso.
"El papa me ha confirmado que ha tomado la decisión de disolver el Sodalicio. Me ha confirmado que el comisario será Jordi Bertomeu y me ha dicho dos cosas muy significativas: la primera es que todo lo que yo le solicite a Jordi Bertomeu con relación al Sodalicio, él lo firmará. Y, segundo, me dijo: 'Sigue adelante, muchas gracias por lo que estás haciendo y no tengas miedo'. Estoy muy feliz por esto y espero que ahora las víctimas del Sodalicio podamos seguir adelante en esta lucha, porque no termina aquí; es el inicio de una nueva etapa. Gracias a todos por su apoyo, su cariño y su comprensión en esta lucha", manifestó.
PUEDES VER: Junta Nacional de Justicia vuelve a destituir a Patricia Benavides, pero absuelve a su hermana Enma
"Dentro de la Iglesia, hay muy pocos que apoyan la idea de suprimir el Sodalicio y colocar a las víctimas en el centro"
La República se comunicó con José Enrique Escardó tras su reunión con el papa Francisco. El denunciante del Sodalicio expresó su satisfacción tras el encuentro y afirmó que este no representa el final de su lucha por justicia frente a los abusos perpetrados, sino un nuevo capítulo en su búsqueda de verdad y reparación.
"Creo que una de las cosas que me ha permitido llegar hasta aquí, algo que nunca imaginé, es justamente no haber tenido expectativas. Simplemente he cumplido con el deber de buscar justicia, de decir lo que se debía decir, de luchar por lo que era necesario luchar, sin esperar nada a cambio. Por eso, todo esto ha sido muy sorpresivo. Esa misma actitud es la que mantengo frente a lo que pueda ocurrir con la disolución del Sodalicio. Hay muchos intereses, presiones y complicaciones", afirmó.
Escardó aseguró que aún enfrenta amenazas por parte de actores que apoyan al Sodalicio a toda costa: "Las amenazas provienen de distintos frentes. Dentro de la Iglesia, he observado en estos años, y especialmente en estas semanas de conversaciones, que son muy pocos —el papa y un grupo reducido— quienes apoyan la idea de suprimir el Sodalicio y colocar a las víctimas en el centro. La mayoría está en contra. Además, el Sodalicio tiene un enorme poder económico y político dentro de la Iglesia, lo que representa una gran amenaza, ya que no sabemos cómo podrían influir en el futuro".
Advirtió que estas amenazas no solo se limitan al ámbito de la Iglesia católica: "En el Perú también enfrentamos una fuerte influencia de la Iglesia, particularmente de obispos vinculados al Sodalicio, especialmente en casos de corrupción, como los relacionados con los cementerios. Son al menos nueve obispos con gran influencia en el Poder Judicial, la Fiscalía y otros sectores. Asimismo, hay partidos políticos conservadores y de extrema derecha ligados al Sodalicio por negocios o intereses políticos. Esto genera presiones constantes: desinformación, ataques en redes sociales, obstáculos judiciales y políticos, bloqueos, e incluso intimidaciones contra las víctimas y los investigadores".
Escardó señaló que, en caso de un retroceso por parte de la dirección de la Iglesia católica en el apoyo a las víctimas, hará llegar sus críticas: "Como le dije al papa, al cardenal Prevost, prefecto del Dicasterio para los Obispos, y a la hermana Simona Brambilla, prefecta del Dicasterio para la Vida Consagrada, las víctimas deben estar en el centro. Esta lucha debe enfocarse en ellas. Si no es así, voy a seguir siendo muy crítico con la Iglesia, como siempre lo he sido. (…) No me he callado nada. Le dije al papa que la Iglesia católica ha sido cómplice, que creó este sistema, y que deben tomar medidas contundentes, usando el caso del Sodalicio como ejemplo. Esto no debe quedar en un solo caso, porque hay cientos de miles de víctimas eclesiales en el mundo", aseguró.
Finalmente, hizo un llamado a no ignorar el testimonio de las víctimas y solicitó que la Iglesia mantenga el enfoque en ellas: "Escuchen lo que dicen las víctimas, porque somos los expertos en este tema. Sabemos de dónde provienen los problemas y hacia dónde se debe avanzar. Eso mismo le dije al papa: las víctimas deben estar en el centro, porque somos quienes mejor pueden ayudar si se toma el camino correcto. Si la Iglesia opta por ese camino, podríamos ser sus aliados. Pero, si no lo hacen, yo, personalmente, seguiré siendo crítico. Siempre lo he sido, y se lo he dicho al papa y a otros líderes de la Iglesia, de forma educada pero contundente. Si las cosas no se hacen bien, lo señalaré. Pero si empiezan a tomar el rumbo adecuado, entonces podrán contar con nosotros".
Repercusiones políticas en la disolución del Sodalicio
Confirmada por fuentes cercanas la decisión del papa Francisco de disolver la sociedad católica del Sodalicio, el proceso incluiría implicancias que trascienden los cánones eclesiásticos y se adentran en el ámbito político. Según comentó la periodista Paola Ugaz a La República, esta medida podría representar un duro golpe para la carrera política de Rafael López Aliaga, actual alcalde de Lima, así como para la influencia del Opus Dei en el país.
Ugaz destacó que, una vez que el Vaticano oficialice la disolución de la sociedad religiosa, el Sodalicio quedará completamente desacreditado junto con aquellos que, durante años, intentaron encubrir los hechos. "De confirmarse la decisión del Vaticano, esto desacredita al Sodalicio y a todos aquellos que durante años han querido ocultar la verdad. Toda una élite política, financiera y mediática peruana deberá poner las barbas en remojo si no quiere ser arrastrada por esta decisión tan insólita del papa. Los López Aliaga, fiscales ad hoc como Patricia Benavides y los estudios de abogados más importantes tendrán que dar muchas explicaciones a los peruanos", afirmó la periodista.
Ante la confirmación de que Jordi Bertomeu será el encargado de supervisar este proceso, Ugaz señaló que esto representa una muestra de confianza en su compromiso con las víctimas y con la búsqueda de la verdad. Además, la periodista recordó que el papa transmitió personalmente su apoyo a Bertomeu durante una reunión sostenida en diciembre pasado con periodistas como Paola Ugaz y Pedro Salinas, subrayando su apuesta por la justicia a favor de las víctimas peruanas del Sodalicio.