Nuevos desafíos en la enseñanza de la economía, por Kurt Burneo

“... La economía y resolver problemas de la vida real”.

Un desafío actual para la enseñanza de la economía en una escuela de graduados es cómo sacar del encasillamiento teórico a los estudiantes, que en una escuela de posgrado en negocios están llevando un 2° curso de Economía. El 1° lo llevaron en el pregrado. Cuando se les pide a ellos desde el inicio en el curso  referenciar, en pocas palabras, lo que representa la economía en su mirada personal. En los hechos, muchos aluden a la oferta y demanda, otros al dinero, otros a términos correspondientes al mundo empresarial; es sobre la base de todas estas referencias, en que construyen principalmente modelos económicos para explicar el eficiente funcionamiento de los mercados. Pero está claro —de acuerdo a la evidencia— que esta es una mirada bastante limitada de la economía, sobre todo cuando ocurren sucesos mundiales como el cambio climático o la pandemia del covid-19. Poco explicados por la teoría económica tradicional o convencional. Veamos con más detenimiento estos asuntos.

¿Qué podemos decir de la economía convencional? A riesgo de ser vista como una simple —pero útil— caricatura, la mirada tradicional de la economía plantea la dicotomía entre mercado y Estado. Desde este primer plano, economistas pro-Estado, que plantean que las acciones estatales, se guían en la asignación por normativa de los bienes y servicios, en el otro lado promercado, Prorrentas en la experiencia peruana es el libre juego de la oferta y demanda en un contexto ideal de competencia (aunque en la realidad nuestra, ubicamos a buscadores de renta). Si innovativamente, se incluye un tercer plano de visualización de la economía que incorpora la denominada Sociedad Civil, ello permite convenientemente la inclusión de conceptos como altruismo, reciprocidad, sostenibilidad, entre otros. En este plano, las normas sociales y el poder privado son centrales para la distribución de los bienes y servicios.

Pero no obstante las agregaciones antes referidas, los modelos económicos tradicionales basados principalmente en transacciones de mercado no sirven de mucho para captar las particularidades de eventos recientes como la pandemia y el cambio climático. En el primer caso, el miedo al contagio directo afectó las relaciones económicas entre la gente, al interior de las firmas, surgieron problemas entre jefes que no podían presionar a sus colaboradores para trabajar en condiciones que ellos consideraban peligrosas.  Por supuesto que resultado de estos cambios —a manera de externalidades positivas— podemos referir la expansión en magnitud absoluta y sectorial del trabajo remoto como modalidad laboral, la expansión del comercio electrónico, la expansión de servicios como la educación y medicina a distancia, entre otros efectos.

Una visión más amplia de la economía debiera poner énfasis, explicar y resolver los problemas importantes de la vida real, que muchas veces implican transacciones ajenas al mercado y van mucho más allá de la preocupación tradicional de los economistas en la conocida maximización de la eficiencia.

En lo que respecta al cambio climático, desde el reducido debate —si  alguno—, desde la economía  tradicional por lo general, se ha basado en el si conviene centrarse en soluciones desde el Estado, a partir de fallas de mercado  (externalidades, asimetrías de información y poder de mercado), lo que en el mundo real se evidencia por decisión estatal  con el otorgamiento en la forma de subsidios  a la innovación verde o la prohibición  en un horizonte temporal relativamente corto para la venta de vehículos con motores de combustión interna o  incluso  usando el mercado, con el cómo, con el establecimiento de  impuestos sobre el carbono o alternativamente implementando un régimen de topes y comercio donde el Gobierno fija límites a las emisiones y deja que el mercado decida el precio. Unas y otras intervenciones son valiosas, pero ninguna activa por sí misma a todos los mecanismos posibles ni probablemente esté a la altura de las magnitudes requeridas para solucionar el problema. La teoría económica moderna explica —en el mejor de los casos— de qué manera la evolución de las preferencias hacia iniciativas más verdes puede complementar los varios tipos de medidas descritos líneas arriba.

El desafío en la enseñanza de la economía hoy reside en el cómo expandir la capacidad explicativa de la teoría económica a partir de la ocurrencia de eventos nuevos y actuales cada vez más complejos y recurrentes.

Ya no es la búsqueda de la distribución de los bienes por la escasez de los mismos, sino que va más allá con un tipo de análisis que conlleva un sin número de objetivos, como el encontrar las razones por las que, en un momento histórico concreto, un número limitado de países fueron capaces de crear unas determinadas formas de organización, que les permitieron romper el círculo vicioso de la pobreza. En esta nueva era de la globalización y del cambio constante de los mercados, ha llevado al nuevo enfoque de la teoría económica mejorando la vida de las personas, la sociedad y la salud del planeta, a través de la innovación social. Poco o nada queda de la idea que teníamos sobre economía y los diferentes protagonistas del mercado, es una manera más amplia, analítica de cómo desarrollar diferentes maneras para saber cómo conducir ese medio que está lleno de nuevas perspectivas, interesado en resolver nuevos problemas, que los veíamos insignificantes, pero hoy en día son de gran envergadura, la tecnología está ocupando un papel importante, claro está, que se podría ver como un gran socio estratégico para el desarrollo de la teoría económica.

Kurt Burneo

Exministro de Economía. Doctor en Administración y Dirección de Empresas de la Universidad Ramón Llull-Esade, España, Magíster en Economía de la Pontificia Universidad Católica del Perú, exbecario Escola de Posgraduacao Economía de la Universidad de Sao Paulo, Brasil. Economista de la UNMSM, Perú. Investigador Concytec-Renacyt.