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Opinión

Nuestra Amazonía en la encrucijada, por Fabiola Muñoz, monseñor Alfredo Vizcarra y Julio Cusurichi

"En los últimos dos años, más de 20 defensores de la naturaleza han sido asesinados y casi 400.000 hectáreas de bosque han desaparecido. Los modelos de desarrollo que se siguen implementando generan solamente extracción de bienes, dolor y muerte".

Por: Fabiola Muñoz, exministra Minam y Midagri; Mons. Alfredo Vizcarra, obispo de Jaén y Julio Cusurichi, directivo de la Asociación Interétnica de Desarrollo de la Selva Peruana (Aidesep)

Este 8 y 9 de agosto, los presidentes y ministros del Ambiente de los países amazónicos se reunirán en la ciudad de Belén do Pará (Brasil), en lo que se ha llamado la “Cumbre Amazónica” en el marco de la Organización del Tratado de Cooperación Amazónica (OTCA). En la cita se discutirá cómo atraer inversiones, combatir la deforestación, proteger a las poblaciones indígenas y alentar el desarrollo sostenible en un contexto de cambio climático. Se espera que participen ocho países miembros de la OTCA, quienes ya han tenido una reunión preparatoria a inicios de julio en Leticia (Colombia), la cual contó con la presencia de los presidentes Lula da Silva y Gustavo Petro.

Esta cumbre se produce en un contexto terrible para la Amazonía: avance abusivo de la ilegalidad, violencia, corrupción de funcionarios, deforestación, contaminación de aguas, desconocimiento de los pueblos en aislamiento y contacto inicial; y donde la población adolece de servicios mínimos de salud, educación y conectividad. En los últimos dos años, más de 20 defensores de la naturaleza han sido asesinados y casi 400.000 hectáreas de bosque han desaparecido. Los modelos de desarrollo que se siguen implementando generan solamente extracción de bienes, dolor y muerte.

Esta situación nos compromete a unir esfuerzos para salvar a nuestra Amazonía de su destrucción, repensar nuestra relación con la naturaleza y así asegurar la vida del planeta y de las generaciones futuras. Nuestra salud como sociedad depende de la salud de la naturaleza; y una naturaleza saludable requiere, además, que se recupere la legalidad, la paz y el Estado de derecho.

Desde nuestros espacios venimos trabajando diariamente para crear conciencia sobre la gravedad de la deforestación, facilitar la interlocución entre científicos, comunidades indígenas, Gobiernos, empresas y sociedad civil; y tomar acción por una Amazonía saludable, productiva, resiliente y sostenible; libre de deforestación y de amenazas a la vida de sus pobladores y la salud de los bosques.   

Instamos a los gobiernos de los países amazónicos a actuar de manera decidida para poner fin a la deforestación de la Amazonía; detener la pérdida de su biodiversidad; frenar la degradación de sus suelos y fuentes hídricas; cesar las amenazas contra los derechos de los pueblos indígenas y restaurar las condiciones dignas de vida de estos pueblos, reconociendo su derecho a voz y voto en las instancias correspondientes. En este sentido, hacemos un llamado a la acción a los Gobiernos amazónicos para:

  1. Actualizar el Tratado de Cooperación Amazónica (TCA) y su protocolo de enmienda.
  2. Generar un mecanismo de participación de la sociedad civil amazónica en las instancias intergubernamentales en las cuales se toman decisiones sobre políticas públicas amazónicas.
  3. Generar y mantener plataformas de transparencia, monitoreo y rendición de cuentas que faciliten la implementación y seguimiento de las metas y compromisos internacionales en cambio climático, diversidad biológica, Pacto de Leticia y los Objetivos de Desarrollo Sostenible.
  4. Combatir frontalmente los crímenes ambientales y, en especial, las amenazas a los defensores ambientales indígenas. 
  5. Promover una nueva economía amazónica bajo un nuevo paradigma económico que valore los conocimientos tradicionales y promueva la innovación científica, poniendo en valor las infinitas oportunidades que ofrecen los bosques saludables. 

La Amazonía es ancestral, presente y futuro. Es presencia de lo divino y oportunidad para la paz, armonía, respeto y desarrollo. Las tres personas firmantes de este artículo somos miembros del Consejo Asesor de IRI Perú, pero venimos de diferentes espacios y realidades: espiritual, indígena y de gestión pública/privada. En cada una de estas, nuestras realidades, se requiere de acción y decisión.

Ya la ciencia es muy clara. Con base en esa ciencia combinada con ética y responsabilidad colectiva debemos terminar con la destrucción, la violencia y las amenazas a los bosques y a las personas que los habitan. El nuestro es un llamado al cambio, que cruza ―como nosotros mismos ahora― sectores, confesiones y realidades, poniendo por encima de nuestras diferencias un objetivo común: la vida. Es un tiempo para actuar y debemos hacerlo juntos.

larepublica.pe