¿Hoy importa quién gane en el Congreso?, por Augusto Álvarez Rodrich
Ni solo fujicerronismo ni alianza que es cuchipanda.

Llamarle ‘alianza’ al arreglo de Fuerza Popular (FP) y Perú Libre (PL) sobre una lista a la Mesa Directiva 2023-2024 del Congreso puede ser incorrecto.
La chapa ‘alianza fujicerronista’ le queda chica a un acuerdo, al menos para la postulación a la Mesa Directiva, que involucra a más partidos, como APP —de donde sale el candidato a presidente Alejandro Soto—, Avanza País, Somos Perú, una parte de AP, el fujimorismo y una parte de PL, pues este arreglo le ha significado nuevas bajas a un partido que solo es banda de angurrientos. Como todo el parlamento.
Pero, por otro lado, lo de ‘alianza fujicerronista’ le queda grande a lo que no es alianza, sino solo reparto de puestos sin mayor plan que la distribución de franquicias de poder en la que participan todas las agrupaciones, desde la derecha hasta la izquierda, pasando por el centro y todos sus vericuetos.
Hablar de ‘izquierdas’ o ‘derechas’ en un Congreso sin ideas sino solo con monedas es un exceso de generosidad para un parlamento sin alianzas, solo con repartijas, que es, por ejemplo, lo que permitió la designación reciente de Josué Gutiérrez en la Defensoría.
En todo Congreso fragmentado son indispensables los pactos entre minorías para alcanzar mayorías, pero en todo parlamento honesto eso se hace sobre la base de ideas, no de cuchipandas. De paso, la lista rival a la de Soto la preside Luis Aragón de AP, nada menos que uno de los ‘Niños’ del congreso.
Asimismo, es lamentable constatar que, entre los ocho candidatos a la Mesa Directiva y sus vicepresidencias, solo haya una mujer, Rosselli Amuruz.
Finalmente, llamar ‘fujicerronismo’ a este arreglo parece movida de los ‘verolovers’ para sacar de la cuchipanda a Verónika Mendoza, cuyo pleito tuitero con Vladimir Cerrón recuerda la degradación en la izquierda, agravada tras un gobierno como el de Pedro Castillo en el que ambos se presentaron como socios cuando en verdad eran cómplices.
En vez de ese par, hace unas décadas el debate en la izquierda era entre Alfonso Barrantes y Javier Diez Canseco, sobre ideas y rumbos políticos, en vez de ministerios, embajadas y bolsas de viaje.
Por todo ello, hoy da lo mismo quién gane la presidencia de este Congreso mediocre y corrupto.