Reedición de una mala gestión
Fracasó al frente del Ministerio de Salud y ahora está al mando de Essalud.
La reedición de Rosa Gutiérrez en la gestión de la problemática Essalud, luego de su renuncia obligada al Ministerio de Salud ante la inminencia de su censura en el Congreso, nos plantea varias interrogantes obligadas sobre la motivación de esta designación que parece, a primera vista, un disparo en el pie.
Apenas un mes después del fracaso de la exministra en el control del dengue, que ha matado a más de 200 peruanos en estos meses de rebrote, y luego de varias declaraciones que ponen en evidencia su falta de empatía, como el compromiso de erradicar la enfermedad en 15 días, sus varios títulos profesionales exhibidos para enfrentar críticas por su gestión, o la foto positiva y sonriente en un escenario como Piura, afectada por El Niño y sus inclemencias, parece incomprensible.
El contexto de la designación de Rosa Gutiérrez no es malo, es pésimo. Las protestas están en la garganta de miles de personas y cualquier desliz oficial puede elevar el tono, camino al 19 de julio. Lo ha hecho el inexplicable contacto del Mincul con un grupo de fascistoides conocidos como ‘La Resistencia’ y ahora, la designación de la exministra al frente de Essalud.
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Como primera interpretación del gesto presidencial de elegir a alguien que ya fracasó en gestión es que no hay banca suficiente para enfrentar los recambios. Técnicos fogueados que no aceptan la propuesta para no cargar con los pasivos del Gobierno de Dina Boluarte y Alberto Otárola.
Otra lectura indica que la pugna por colocar a alguien en ese puesto la ganó Otárola, quien necesita una persona de confianza para enfrentar las investigaciones que buscan demostrar su participación en el pago de 41 millones de soles, sin cobrar ni la multa correspondiente, a la empresa Aionia Technology Corporation.
En tanto, Essalud, sujeta a cambios sucesivos e ineficientes, desde Pedro Castillo hasta Dina Boluarte, languidece sin medicinas, sin citas médicas, con marcados signos de corrupción en la gestión de los recursos y en el medio del caos producido por el dengue, el Guillain-Barré, el COVID-19 y otras epidemias por venir que ya están detectadas, pero sin que se haga el más mínimo esfuerzo por prevenirlas y garantizar la calidad de salud de la población.
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La salud es otra de las asignaturas en las que el Gobierno actual obtiene un cero.