Perú Libre fujichoteado, por Mirko Lauer
"Fuerza Popular ha retrocedido con fuerza de lo que parecía enrumbar hacia un arreglo con Perú Libre".

Fuerza Popular ha retrocedido con fuerza de lo que parecía enrumbar hacia un arreglo con Perú Libre. La frase de Miguel Torres sobre que el peor desenlace sería una directiva en manos de la izquierda va más allá de lo inmediato. Incluso tiene un sabor programático en que la familia Fujimori descoloca a la familia Cerrón.
Aunque izquierda en la directiva no es lo mismo que izquierda en la presidencia del Congreso. FP aceptaría a un partido izquierdista menos pretencioso que PL para un rol subalterno en una mesa de derecha. Esto a pesar de la interesada hipótesis para la cual el fujimorismo no puede llegar a ninguna parte sin PL.
Si PL pensó que se podía arrimar a la próxima directiva, neutralizar pasados errores, y limpiarse con facilidad del bacilo Pedro Castillo que ellos lanzaron al mercado, se equivocaron. La alianza con FP hubiera permitido recoger de la Mesa Directiva las migajas del triunfo del 2021, perdido por los errores de Vladimir Cerrón.

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El hermano Waldemar se ha encargado de transmitir la parte emocional de la situación, al pintar a un PL marxista-leninista-mariateguista (“anótenlo bien”), que “hace temblar al Congreso” pues “hace perder a los grandazos”. Aunque más bien parece un partido que fue grandazo por un instante, y luego lo ha perdido casi todo.
¿Y hacia dónde va FP ahora? No tiene otra posibilidad que unirse a lo que antes se llamaba el centro, antes de que todo el hemiciclo se convirtiera en un descampado ideológico. No es seguro que en ese esquema FP aspire a la presidencia de un Congreso tan desprestigiado. Mejor le puede ir pisando fuerte en el llano, pero no tan fuerte.
A la luz de casos como Nicaragua y otros no sería tan exótico pensar que PL puede estar realmente muy a la derecha de FP, y que el partido ML solo necesita una oportunidad y un empujoncito para demostrar su potencial en esa dirección. Nótese que ha sido el fujimorismo el que rompió los tratos, no el cerronismo.
Por último cabe advertir el poco peso en un Congreso en que todos, bancadas e individuos, hacen lo que les da la gana, indiferentes a la furia de la ciudadanía. No es una directiva que dirige, sino una directiva que acompaña.