El asunto del 7, por Maritza Espinoza
“Si eso cree, significa que la doña, y su asesora de imagen, están más perdidas que Mark Vito imitando al Gringo Karl”.

Desde tiempos inmemoriales y cada tanto, se arma un debate en torno a para qué diablos sirve el canal de Estado. Todos los Gobiernos han ensayado sinfín de fórmulas. Unos, queriendo emular a la BBC o la Deutsche Welle, medios estatales que informan con equidad y equidistancia; y otros, la mayoría, queriendo usarlo como suave felpudo para sus arañados egos o cura milagrosa para su maltrecha imagen.
Y dije “inmemoriales” porque ya nadie recuerda que, en los 80, tras la caída del régimen militar, los medios privados volvieron a manos de sus propietarios, pero el canal 7 quedó flotando en un limbo: nadie sabía para qué podía servir. Durante el velascato, había sido un vehículo de entretenimiento con “mensaje”. Es decir, los programas llevaban la marca de la política cultural y educativa del régimen que, a la sazón, era una mezcla de reivindicación indígena, escuela popular y visión colectivista.

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Pero después todos vieron al canal estatal —el área informativa, porque el resto, seamos francos, nunca le ha importado a nadie— como un botín del cual servirse para maquillar la imagen del gobernante de turno, ganarse el favor de los amigos a punta de cherrys y/o llevarse en paila la poca publicidad que llegaba. Por cierto, unos más descaradamente que otros.
Y en descaro, obvio, gana por goleada doña Dina Boluarte, que no solo ha puesto allí a su asesora de imagen —que es más o menos como poner a tu maquillador a manejarte la prensa—, sino que está permitiendo que se atropellen derechos laborales —echando a reporteros preguntones bajo el pretexto del “vencimiento” de la orden de servicios— y violando la libertad de prensa sin ningún remilgo.
¿De verdad cree que esos manotazos de ahogado le mejoran la imagen? ¿Pensará que una entrevista echada puede compensar sus monumentales errores? Si eso cree, significa que la doña, y su asesora de imagen, están más perdidas que Mark Vito imitando al Gringo Karl.