Opinión

Amenaza pospuesta

Queda para el archivo la llamada ley mordaza, pero el peligro no se ha alejado.

EDITORIAL
EDITORIAL

Luego de una votación que no pudo alcanzar el número requerido —56 en contra, 46 a favor y 5 abstenciones— se ahuyentó el peligro que se cernía fundamentalmente sobre los periodistas, contra quienes había sido elaborada la iniciativa legislativa denominada ley mordaza.

Se trataba de endurecer las sanciones ya existentes para los casos de difamación agravada —es decir, difundida mediante medios de comunicación—, como la prisión efectiva por hasta cuatro años y el pago indemnizatorio en efectivo.


Se trataba de una nueva intentona para amedrentar al periodismo independiente y obligarlo a abandonar investigaciones que afectan a políticos, en especial a los congresistas, sobre quienes pesan todo tipo de denuncias, como los recientes casos de parlamentarios que les quitan los salarios a sus trabajadores o las denuncias sobre votaciones negociadas a cambio de obra pública.

De ahí que el peligro acechaba a los hombres de prensa, por lo que la reacción de las agrupaciones gremiales y los organismos representativos de la libertad de prensa y de expresión fue denunciar la situación y exigir a los congresistas que depusieran sus veladas amenazas.

Por ello, en segunda votación se ha logrado hacer retroceder a los grupos parlamentarios que habían señalado su voluntad de endurecer las penas por difamación. Cambios como los mostrados por Acción Popular y el partido de Cesar Acuña, que retrocedieron en sus amenazas.

Sin embargo, se mantuvieron en su posición partidos como Perú Libre, Bloque Magisterial, parte de Renovación Popular, Perú Bicentenario, Podemos y algunos congresistas como Bermejo y Alcarraz.

Se logró hacer retroceder la amenaza, pero aún no puede señalarse que el peligro contra la libertad de prensa y de expresión está completamente erradicado.

La tendencia a penalizar y endurecer las sanciones sigue presente en los 46 votos alcanzados por la moción. Esta vez no se lograron, pero la determinación de sancionar a los periodistas continúa y hay que mantener una gran vigilancia para evitar que vuelvan a intentarlo.