La hora final, por Inés Flores
“El reclamo de elecciones inmediatas busca contener las protestas que cada día cobran más víctimas y destrucción de bienes…”.

La agudización de la crisis por las violentas protestas en algunas regiones hace impostergable el pronto adelanto de elecciones generales. Aún no concluye el Congreso el procedimiento respectivo. Tiene plazo hasta fines de enero para presentar y aprobar la propuesta en primera votación y hasta el 15 de febrero en segunda votación. La población pide a gritos: elecciones ya.
El reclamo de elecciones inmediatas busca contener las protestas que cada día cobran más víctimas y la destrucción de bienes públicos y privados, especialmente en varias regiones del sur. Sin embargo, el Congreso sigue enfrascado en debates propios de una coyuntura normal y hace oídos sordos a lo que ocurre en las calles.
Los congresistas deben ceder posiciones priorizando como objetivo el interés nacional. Las bancadas de derecha (Fuerza Popular, Renovación Popular, Avanza País) deben aceptar adelantar las elecciones para el 2023. Y las bancadas de izquierda (Perú Libre, el Bloque Magisterial, Cambio Democrático, Perú Democrático y Perú Bicentenario)no deben condicionar la votación a que se agregue a ella la consulta de la convocatoria a asamblea constituyente mediante un referéndum.
Estas posiciones divergentes hacen prever que ni siquiera se alcancen los votos para aprobar el adelanto de elecciones a abril del 2024. Cinco bancadas de izquierda tienen 41 votos claves para ratificar la reforma. Algunos de sus voceros piden elecciones para el 2023 y referéndum para la asamblea constituyente.
Los parlamentarios deben entender de una vez que su ciclo terminó. La desaprobación de su papel llega al 88%, según la encuesta del Instituto de Estudios Peruanos publicada hace siete días. Su permanencia en el Parlamento solo enardece más a la mayoría de los peruanos.