Policía de Zambia es detenido tras liberar a docena de prisioneros para que pudieran celebrar Año Nuevo
La madrugada del 31 de diciembre, mientras “se encontraba en estado de ebriedad”, el inspector detective Titus Phiri tomó por la fuerza las llaves de la celda.
Un agente de policía en Lusaka, Zambia, fue arrestado por liberar a 13 prisioneros en estado de embriaguez, permitiéndoles celebrar el Año Nuevo. El incidente ha generado preocupación sobre el abuso de autoridad en las fuerzas del orden. El inspector Titus Phiri, responsable de la liberación, tomó las llaves de las celdas por la fuerza y ordenó a los prisioneros que se marcharan.
La policía ha iniciado una búsqueda para recapturar a los fugitivos, algunos de los cuales enfrentan cargos graves. Este suceso ha reavivado el debate sobre la conducta de los agentes de policía en Zambia, con autoridades prometiendo medidas severas contra cualquier abuso de poder. La comunidad espera respuestas sobre cómo se gestionará este caso y la seguridad de los ciudadanos.
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¿Qué sucedió en la comisaría de Lusaka?
El hecho ocurrió en la madrugada del 31 de diciembre, cuando el inspector Phiri, en estado de embriaguez, irrumpió en la comisaría de Lusaka. Según informes, el agente arrebató las llaves de las celdas a un compañero, lo que le permitió abrir las puertas y liberar a los prisioneros. De los 15 detenidos, 13 fueron liberados, muchos de ellos acusados de delitos como asaltos y robos.
Tras el hecho, el agente policial huyó de la comisaría. Foto: Vanguardia.com.
El incidente generó un gran revuelo tanto dentro de las fuerzas policiales como entre la población local, que exigía explicaciones sobre cómo un oficial pudo cometer una acción de tal magnitud. Autoridades locales han prometido una investigación exhaustiva para determinar las circunstancias del hecho y garantizar que los responsables enfrenten las consecuencias legales correspondientes.
Reacción inmediata de la Policía de Zambia
Tras el incidente, el cuerpo policial de Zambia emitió un comunicado condenando las acciones del inspector Phiri. Las autoridades han enfatizado que se tomarán medidas decisivas contra cualquier oficial que abuse de su autoridad. Además, se ha iniciado una búsqueda para localizar a los prisioneros liberados, quienes se encuentran en paradero desconocido.
Paralelamente, se ha lanzado una operación de búsqueda para recapturar a los 13 prisioneros que lograron escapar gracias a las acciones de Phiri. Hasta el momento, los fugados permanecen en paradero desconocido, lo que ha generado alarma entre los residentes de Lusaka, especialmente debido a la peligrosidad de algunos de los liberados, vinculados a delitos graves como robos y asaltos.
Este suceso ha intensificado el escrutinio público sobre las prácticas de supervisión y control dentro de las fuerzas policiales zambianas, llevando a las autoridades a prometer una revisión exhaustiva de los procedimientos internos para evitar que situaciones similares se repitan en el futuro.
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Un precedente inquietante en Zambia
La reciente fuga de prisioneros en Lusaka ha despertado recuerdos de un incidente similar ocurrido en 1997, cuando un juez tomó la controvertida decisión de liberar a 53 sospechosos en la víspera de Año Nuevo. Aquella decisión generó un fuerte debate en el país, con amplias críticas por parte de la ciudadanía y los expertos en seguridad, quienes consideraron la medida un riesgo significativo para la seguridad pública.
Dickson Jere, ex portavoz presidencial, se pronunció sobre el caso actual, resaltando cómo la historia parece repetirse en Zambia. “Estos eventos reflejan patrones preocupantes en la administración de justicia y el manejo de seguridad en fechas clave”, comentó. Jere enfatizó la necesidad de que las instituciones refuercen sus controles y protocolos para evitar que hechos como estos sigan ocurriendo.
El contexto de ambos incidentes subraya fallos estructurales dentro del sistema judicial y de seguridad del país. En 1997, las críticas llevaron a una revisión de las políticas de liberación de prisioneros en fechas especiales, pero el caso reciente demuestra que aún persisten lagunas en los mecanismos de control. Este paralelismo histórico ha reavivado el debate sobre la necesidad urgente de reformar las instituciones encargadas de la seguridad y justicia en Zambia para restaurar la confianza pública.