Mundo

Tras 53 años en el poder, régimen del dictador Bashar Al Asad cae tras su dimisión: "El colapso de la alianza entre Irán y Siria podría redefinir el poder en Oriente Medio"

Se desconoce su paradero. La posible desintegración de la alianza entre Irán y Siria podría alterar el equilibrio de poder en Oriente Medio, advierte The New York Times, afectando a Israel y sus aliados árabes. La caída del régimen de Bashar al-Assad amenaza el "eje de resistencia" iraní, según expertos, quienes subrayan que Siria ha sido fundamental para el suministro de recursos en la región.

El Desmoronamiento del Régimen de Bashar al-Assad: Un Cambio Radical en Siria. Fuente: AFP
El Desmoronamiento del Régimen de Bashar al-Assad: Un Cambio Radical en Siria. Fuente: AFP

ACTUALIZACIÓN.

Tras más de una década de guerra civil, el régimen de Bashar al-Assad en Siria ha colapsado. Según el Ministerio de Asuntos Exteriores de Rusia, el mandatario dimitió y abandonó el país, marcando el fin de su brutal gobierno. Mientras los rebeldes toman Damasco y otras ciudades estratégicas, el futuro de Siria y su estabilidad en Oriente Próximo son inciertos.

El fin de una era

La caída de Al-Assad se precipitó cuando los rebeldes, liderados por la coalición islamista Hayat Tahrir al-Sham (HTS), tomaron control de Damasco sin encontrar resistencia significativa. HTS anunció que la capital estaba “libre del tirano”, consolidando semanas de avances en Alepo, Hama y Homs. El presidente ruso, Vladimir Putin, dejó de respaldar al régimen, y al-Assad mantuvo conversaciones con varias partes antes de abandonar Siria, cuyo paradero actual sigue siendo desconocido.

La presidencia siria no emitió comentarios oficiales, pero el primer ministro Mohammad Ghazi al-Jalali afirmó que no había tenido contacto con Al-Assad desde el sábado y expresó su disposición a apoyar una transición de poder.

Reacciones internacionales

La comunidad internacional reaccionó rápidamente ante los acontecimientos. Alemania calificó la caída de Al-Assad como un “gran alivio” para el pueblo sirio, aunque advirtió contra una posible radicalización. Annalena Baerbock, ministra de Exteriores alemana, enfatizó la necesidad de proteger a las minorías y evitar que Siria caiga en manos de extremistas.

Francia, por su parte, instó a la unidad y a una transición política pacífica, advirtiendo sobre el riesgo del extremismo. Naciones Unidas hizo un llamado a una solución política inclusiva que garantice la estabilidad y la soberanía del país.

Estados Unidos también está monitoreando de cerca la situación. Mientras el presidente Joe Biden expresó cautela sobre el futuro del país, Donald Trump declaró que Al-Assad había huido tras perder el apoyo ruso.

Impacto en la región

El colapso del régimen ha desatado una ola de inestabilidad en Oriente Próximo. Israel reforzó su presencia en los Altos del Golán, preocupado por la seguridad en su frontera, mientras que Irak cerró el cruce fronterizo de Al-Qaim. En el Líbano, el ejército desplegó tropas para gestionar el flujo de refugiados sirios que buscan regresar al país tras años de exilio.

Irán evacuó a sus diplomáticos de la embajada en Damasco antes de que esta fuera tomada por los rebeldes. Mientras tanto, la liberación de prisioneros políticos de las cárceles del régimen, incluyendo la infame prisión de Sednaya, ha generado escenas de júbilo y esperanza en Siria.

Un país devastado

A pesar de la celebración en las calles de Damasco, los sirios también lamentan las pérdidas de 13 años de conflicto: cientos de miles de muertos, millones de desplazados y un país en ruinas. Muchos refugiados, como Muhammad al-Shammary, esperan regresar a una Siria segura, pero el futuro sigue siendo incierto.

La caída de Al-Assad marca el fin de una era brutal, pero también plantea grandes desafíos. La reconstrucción del país, la creación de un gobierno inclusivo y la reconciliación nacional serán tareas titánicas para los sirios y la comunidad internacional.

Un día antes

La posible desintegración de la alianza estratégica entre Irán y Siria está a punto de modificar el equilibrio de poder en Oriente Medio, advirtió en una nota el prestigioso diario The New York Times. Esta relación, que ha sido fundamental para Irán durante años, ha permitido que el país consolide su influencia en regiones clave como el Líbano, los territorios palestinos, Irak, Yemen y, por supuesto, Siria. La caída del régimen de Bashar al-Assad en Siria no solo debilitaría el denominado "eje de resistencia" de Irán, sino que también podría dar un giro a la situación regional, fortaleciendo a Israel y sus aliados árabes.

Según Hassan Shemshadi, un experto en grupos militantes aliados de Irán, "Siria ha sido la columna vertebral de nuestra presencia regional", y agregó que "todo lo que Irán envió a la región pasó por Siria", subrayando la importancia crítica de este país para las operaciones y logísticas iraníes. La actual lucha del gobierno sirio contra los rebeldes que avanzan rápidamente está poniendo a prueba esta red de apoyo.

El inicio del conflicto en Siria tomó por sorpresa al gobierno iraní, que no esperaba que los rebeldes pudieran ganar terreno tan rápidamente. Según funcionarios iraníes cercanos al gobierno, la situación cambió rápidamente de incredulidad a pánico conforme los rebeldes tomaban ciudades clave, como Alepo, Hama, Deir al-Zour y Daraa. A pesar de los compromisos públicos de Irán de continuar su apoyo a al-Assad, en privado, las dudas sobre la capacidad de revertir la situación fueron creciendo.

Mohammad Ali Abtahi, ex vicepresidente de Irán, escribió en redes sociales que "la posible caída del gobierno sirio en manos de extremistas islámicos sería uno de los acontecimientos más significativos en la historia de Oriente Medio", lo que dejaría a Israel como la potencia dominante en la región.

El Desmoronamiento del Régimen y la Debilidad de Irán

El colapso de la alianza de Irán con Siria tendría consecuencias significativas para el equilibrio de poder en la región, advierte la periodista que cubre asuntos de Medio Oriente de The Times, Farnaz Fassihi.

Irán, que ha sido un aliado clave de Assad desde el inicio del conflicto, ha experimentado dificultades para mantener su influencia en el país, especialmente después de los avances rebeldes en áreas cruciales. Hassan Shemshadi, un experto en grupos militantes aliados de Irán, explicó en una entrevista con The NYT que Siria ha sido "la columna vertebral" de la presencia regional de Irán. Sin embargo, ahora es "extremadamente difícil" para Irán mantener abiertos los canales de suministro de armas y recursos hacia sus aliados en la región.

Al principio del conflicto, el gobierno iraní se mostró sorprendido por la rapidez con la que los rebeldes ganaron terreno, y a medida que el conflicto avanzaba, el estado de ánimo entre los altos funcionarios iraníes pasó de la determinación a un creciente sentido de pánico. A medida que las fuerzas rebeldes tomaban ciudad tras ciudad, los funcionarios iraníes se preguntaban si los acontecimientos estaban superando su capacidad de intervención, llegando incluso a reconocer, en privado, que la caída de Assad podría ser inevitable.

Este sentimiento de desmoronamiento es reflejado en las palabras del exvicepresidente iraní Mohammad Ali Abtahi, quien advirtió en su cuenta de redes sociales que la caída del gobierno sirio en manos de extremistas islámicos sería uno de los eventos más significativos en la historia de Oriente Medio, lo que podría reconfigurar toda la región y fortalecer a Israel como la fuerza dominante en el área.

Desafíos para el gobierno sirio y la participación iraní

En medio de este escenario, las fuerzas armadas sirias han intensificado sus esfuerzos para recuperar el control en áreas clave. El Ejército sirio, en un comunicado emitido el sábado, destacó que se han reposicionado en las provincias sureñas de Daraa y Suwayda, después de que elementos terroristas atacaran sus puestos de control. A pesar de los ataques, las fuerzas sirias han asegurado que continúan trabajando para garantizar la seguridad de la nación y están comprometidas a enfrentar al terrorismo con determinación.

Sin embargo, la situación en el sur de Siria ha empeorado, especialmente con la presencia de militantes aliados con Estados Unidos, quienes han tomado el control de áreas en la provincia de Dayr al-Zor y la estratégica ciudad de Quneitra, en la frontera con los Altos del Golán ocupados por Israel. A medida que los combates se intensifican, Jordania se ha visto obligada a cerrar su frontera debido a la cercanía de los enfrentamientos.

Por otro lado, el ministro de Asuntos Exteriores iraní, Abbas Araghchi, ha viajado a varios países, incluido Qatar, para participar en reuniones diplomáticas clave sobre la situación en Siria. En Doha, se celebraron conversaciones entre los ministros de Exteriores de Irán, Rusia y Turquía, en el marco del proceso de Astaná, con el objetivo de encontrar una solución política y pacífica al conflicto sirio.

La Posición de Irán: "No Retrocederemos"

Pese a los desafíos, Irán ha reiterado su compromiso con el gobierno de al-Assad. Ali Pezeshkian, vicepresidente del parlamento iraní, expresó en una conferencia en la Universidad Sharif, con motivo del Día del Estudiante, que "Irán no retrocederá ante ninguna potencia", dejando en claro la firme postura del gobierno iraní frente a las presiones internas y externas.

De acuerdo con el diario español El País, el destino de Siria, especialmente de la ciudad de Homs, se considera crucial, ya que expertos creen que su control determinará el futuro del país. En las últimas semanas, el ejército sirio ha realizado intensos ataques aéreos y de artillería en las regiones de Homs y Hama, con el apoyo de las fuerzas aéreas rusas. Según fuentes militares sirias, los ataques han logrado destruir varios vehículos militantes y matar a decenas de combatientes de grupos como Hayat Tahrir al-Sham, anteriormente conocido como Frente Nusra, vinculado a Al Qaeda, reportó Antonio Pita, corresponsal del medio español en Jerusalén.

El futuro de la alianza entre Irán y Siria no solo parece estar en juego por la ofensiva rebelde, sino también por las dinámicas internas y externas que afectan a la región. La caída del gobierno sirio podría marcar el fin del "eje de resistencia", una victoria significativa para Israel y sus aliados. Mientras tanto, Irán continúa reforzando su compromiso con el régimen de al-Assad, reafirmando su influencia en un conflicto que sigue siendo clave para la estabilidad de Oriente Medio.