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Incendios forestales en Bolivia: “El humo equivale a fumarse 400 cigarrillos al día”, dice periodista Erika Bayá

Desde hace casi tres meses, Bolivia está siendo afectada por incendios forestales. La mayoría se encuentra en Santa Cruz, en el sur del país. La periodista y activista, Erika Bayá, especializada en temas ambientales, analiza la situación.

Bolivia sufre devastadores incendios forestales desde hace casi tres meses. Foto: Composición LR/Gerson Cardoso/AFP
Bolivia sufre devastadores incendios forestales desde hace casi tres meses. Foto: Composición LR/Gerson Cardoso/AFP

Por: Janina Marisa Schenker

Cuatro millones de hectáreas se han quemado en Bolivia desde finales de junio, una superficie equivalente a casi la totalidad de Suiza. Con más de 3,3 millones, la mayor cantidad de hectáreas quemadas están sucediendo en el departamento de Santa Cruz. Erika Bayá es periodista de esta región, especializada en temas ambientales y parte de Alas Chiquitanas, un grupo voluntario de activismo por la Naturaleza. Analiza las causas y consecuencias de los incendios destructivos.

-Erika Bayá, este año se han declarado 346.000 incendios en Sudamérica, superando el récord de 2007.

¿Por qué este año hay más incendios que en años anteriores?

Todo el hemisferio sur se enfrenta a incendios, especialmente en Bolivia, donde se están produciendo siniestros de gran magnitud. En Brasil, los focos de calor están aislados; pero, en Bolivia se han unido en incendios devastadores. Este año, el fenómeno de La Niña ha llevado a una sequía extrema, uno de los peores en la historia, agravada por la deforestación en la Amazonía. Esto afecta a todos los ecosistemas, ya que la Amazonía juega un papel crucial en el ciclo hídrico.

Además, el manejo de la tierra y el crecimiento de los agronegocios, como la soya y la ganadería, están exacerbando la situación en Bolivia y en toda Sudamérica.

Erika Bayá es periodista de Santa Cruz, especializada en temas ambientales y parte del grupo voluntario de activismo por la Naturaleza Alas Chiquitanas. Foto: Claudia Abudinen

Erika Bayá es periodista de Santa Cruz, especializada en temas ambientales y parte del grupo voluntario de activismo por la Naturaleza Alas Chiquitanas. Foto: Claudia Abudinen

¿Cuáles son las consecuencias para la biodiversidad, las personas, la naturaleza y los animales?

No se respeta el uso del suelo, y se busca convertir todos los tipos de terreno en monocultivos, lo que es un gran problema. Según el biólogo Vincent Voss, entre 10 y 20 millones de mamíferos han muerto en incendios que arrasaron cuatro millones de hectáreas de bosque. Muchos animales mueren quemados, y también de sed debido a la sequía.

Los veterinarios en Bolivia enfrentan una alta mortalidad animal, lo que causa una pérdida de biodiversidad, incluyendo especies endémicas que podrían desaparecer sin ser conocidas. La quema de 5 a 6 millones de hectáreas anualmente impacta gravemente la fauna y los medios de vida de las comunidades.

En Monteverde, Santa Cruz, comunidades que dependían del café y otros productos no maderables han sido evacuadas. Árboles como el copaibo, que tardan años en recuperarse, ya no podrán ser aprovechados. También hay pueblos indígenas en aislamiento voluntario, lo que conlleva a la pérdida cultural.

El impacto ambiental es económico, social y cultural, y la humareda respirada estos días es extremadamente insalubre, equivalente a fumar 400 cigarrillos al día.

 La Paz atraviesa una de las crisis de contaminación del aire más graves de su historia, provocada por los incendios forestales. Foto: AFP

La Paz atraviesa una de las crisis de contaminación del aire más graves de su historia, provocada por los incendios forestales. Foto: AFP

Según los científicos, la mayoría de los incendios son causados por el hombre. ¿Cómo podrían evitarse?

La situación en Bolivia es complicada debido a leyes que permiten desmonte de tierras. Una persona puede solicitar permiso al gobierno, a la Administradora de Bosques y Tierras, ABT, para desmontar hasta 20 hectáreas, un tamaño considerable que no se puede trabajar a mano, por lo que se necesita maquinaria. Al "chequear", se le dice preparar la tierra con fuego, es imposible controlar 20 hectáreas; solo se puede manejar media o una hectárea. Esto provoca que el fuego se desborde, y en Bolivia se permite esta práctica.

Hace casi tres meses que se producen incendios en Bolivia y algunos fuegos están fuera de control. Foto: Ayuda en Acción

Hace casi tres meses que se producen incendios en Bolivia y algunos fuegos están fuera de control. Foto: Ayuda en Acción

Además, la distribución de la tierra es corrupta y favorece a intereses ajenos, lo que afecta a los pueblos indígenas. Aunque antes los incendios eran eventuales, desde 2019 se producen anualmente por la laxitud de las leyes. La ABT debería intervenir en las quemas ilegales, pero no lo hace. La mayoría de los incendios son causados por el hombre y podrían evitarse con un cumplimiento efectivo de las leyes.

¿Qué debería cambiarse fundamentalmente para que en el futuro haya menos incendios forestales en Bolivia y Sudamérica?

En Bolivia, es urgente abrogar un paquete de once leyes incendiarias que son perjudiciales para el medio ambiente. Como periodista y activista en Alas Chiquitanas, creo que la ley debe proteger nuestros ecosistemas, incluidos bosques, humedales y ríos importantes. El Estado debería defender su territorio, no permitir que sus propias leyes lo destruyan.

La situación es compleja; las leyes actuales facilitan la minería ilegal, que afecta áreas biodiversas como el Parque Nacional Madidi y el bosque seco chiquitano. Además, el Pantanal, el humedal más grande del mundo, también está en peligro. Nos estamos autodestruyendo porque el Estado no actúa como debería.

¿Cuáles son sus previsiones para los próximos años o décadas?

Así como vamos, me da mucha pena lo que vaya a suceder. Estamos perdiendo ecosistemas, flora y fauna, lo que afecta el equilibrio, especialmente en la Amazonía. El foro social panamazónico busca que los pueblos discutan su futuro y la responsabilidad recae en todos nosotros. Si no nos activamos y exigimos cambios a nuestras autoridades, la situación solo empeorará.

En Bolivia, la sociedad civil apoya a los bomberos voluntarios, ya que carecen de recursos. Las sequías extremas afectan a muchas ciudades, y el acceso al agua se vuelve crítico.

El cambio climático ya se siente y, si no actuamos ahora, las próximas generaciones enfrentarán consecuencias aún más graves.