Gran Teatro Nacional: las reglas del juego si quieres participar
El Gran Teatro Nacional, bajo la administración de Boluarte, ha perdido su prestigio. En sus bellas instalaciones, se celebró hasta un Día de la Madre dedicado a las trabajadoras de un municipio cercano al de San Borja.

En noviembre de 2024, publicamos la nota “La censura cultural en el gobierno de Dina Boluarte”. En aquel texto, explicamos el caso del artista Juan Acevedo, de quien pocas semanas antes habíamos dicho que no iba a recibir el Premio Casa de la Literatura Peruana 2024 a razón de un problema burocrático, o pretexto del Ministerio de Educación, entidad que dirige a la Caslit: como el galardón no tenía firma ministerial, era un premio ilegítimo. La razón de la censura se debió a la posición crítica de Acevedo con el régimen de Dina Boluarte. En esa nota también hablamos del recorte de presupuesto para las escuelas de arte del país debido a que muchos de sus estudiantes participaron en las marchas contra Boluarte en el sur entre finales de 2022 e inicios de 2023.
Son dos casos de una serie de censuras que obedecen a un patrón: se trata de apoyar a Boluarte hasta el 2026 y recibir todas las dádivas mientras dure la fiesta burocrática. No es fácil la misión, aunque parezca, porque no todos los convocados están dispuestos a macular su trayectoria callando ante lo que ya es una práctica de censura. No olvidemos que, en el primer semestre del 2024, la Biblioteca Nacional del Perú, en su sede de Abancay, llegó a tener hasta tres directores. Es decir, uno cada dos meses.
Tal y como informa Epicentro TV, el pasado 3 de febrero, el Ministerio de Cultura emitió la resolución directoral 000023-2025-DGIA-VMPCIC/MC, en donde se puede leer que en adelante todo espectáculo a presentarse en el Gran Teatro Nacional deberá pasar por una revisión previa antes de gestionar las fechas de su presentación.
Para quienes hemos estado siguiendo la serie de censuras que este gobierno viene ofreciendo en el ámbito cultural, una medida como esta tarde o temprano iba a llegar, aunque siempre se tenía la esperanza de que la barbaridad no se concretara.
El Gran Teatro Nacional, bajo la administración de Boluarte, ha perdido su prestigio. En el actual gobierno llegó a ser usado incluso como espacio de ceremonias para fines que nada tenían que ver con la cultura: eran eventos organizados por amigos o gente cercana a la exministra Urteaga o a la propia Boluarte. En sus bellas instalaciones, se celebró hasta un Día de la Madre dedicado a las trabajadoras de un municipio cercano al de San Borja.
Una mirada atenta a la resolución directoral, da las suficientes pruebas de que los criterios son morales. Partiendo de ese principio “moral”, ¿qué clase de espectáculos están llamados a presentarse bajo estas nuevas reglas del juego?
El GTN está calificado como uno de los mejores escenarios del mundo y el mejor en Latinoamérica. Al anteponer lo moral a la calidad, se le resta la legitimidad que tanto tiempo le ha costado sostener.