El 65% de las familias tiene un hijo favorito, según confirmó un estudio científico
Los expertos advierten que el favoritismo puede afectar el desarrollo emocional de los niños. Aconsejan a los padres adoptar un enfoque equilibrado en la crianza para evitar desigualdades.
Un reciente estudio revela que el 65% de las familias tienen un hijo favorito, lo que ha generado un debate sobre la equidad en la crianza. La investigación, publicada por la Asociación Estadounidense de Psicología, examina cómo las características de los niños influyen en la atención y el trato que reciben de sus padres.
El análisis, que abarcó 30 artículos revisados por pares y 14 bases de datos, incluyó a 19.469 participantes. Los investigadores exploraron la relación entre el orden de nacimiento, el género, el temperamento y los rasgos de personalidad, como la extroversión y la amabilidad, y cómo estos factores se vinculan con el favoritismo parental. La psicóloga Ana Isabel Gutiérrez, en el programa Más Vale Tarde, ha confirmado que los hijos con un carácter más responsable tienden a recibir más atención y cariño por parte de sus padres.
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¿Qué características que influyen en el favoritismo?
El estudio destaca que los padres pueden mostrar preferencia hacia aquellos hijos que son más agradables y concienzudos. Según Gutiérrez, "los hijos y las hijas responsables serían más fáciles de criar", lo que podría traducirse en un favoritismo hacia ellos. Esta tendencia se debe a que los padres perciben que los niños con un carácter más difícil requieren un esfuerzo adicional en su crianza.
El estudio exploró cómo las características de los niños afectan el trato diferencial de los padres, considerando variables como edad, género y métodos de evaluación. Foto: El Cronista.
Además, los investigadores destacan que este fenómeno no está exento de complejidad. Las preferencias parentales suelen estar influenciadas por factores culturales, el entorno social y las propias experiencias de los padres durante su infancia. Gutiérrez subraya que "no se trata de que los padres quieran menos a sus hijos con un carácter más difícil, sino de que la percepción de esfuerzo necesario para su crianza puede generar diferencias en el vínculo afectivo".
Por ello, es crucial que los padres tomen conciencia de estas dinámicas y busquen estrategias para mantener un trato equilibrado y justo entre sus hijos, promoviendo un ambiente familiar armonioso y libre de favoritismos evidentes.
El impacto del temperamento y la personalidad
Los investigadores también encontraron que el temperamento y los rasgos de personalidad juegan un papel crucial en cómo los padres interactúan con sus hijos. Los niños que presentan características como la extroversión y la amabilidad tienden a recibir un trato más favorable, mientras que aquellos con rasgos más desafiantes pueden experimentar una crianza diferente.
Gutiérrez subraya que "cada niño tiene unas necesidades diferentes en función de las circunstancias", lo que puede llevar a que los padres adapten su estilo de crianza a cada uno de sus hijos.
El juego contribuye de diversas maneras al desarrollo infantil, incluyendo áreas como el cerebro, el lenguaje, la comunicación y la creatividad, entre otros beneficios. Foto: Freepik.
Para mitigar los posibles efectos negativos de estas dinámicas, los expertos sugieren que los padres se esfuercen por comprender las necesidades únicas de cada hijo y adapten su enfoque de crianza en consecuencia. Esto incluye fomentar la comunicación abierta, establecer límites claros pero equitativos y, sobre todo, asegurarse de que cada hijo se sienta valorado y amado por igual, independientemente de su temperamento o personalidad.
El favoritismo parental existe
El estudio pone de manifiesto una realidad que muchos padres pueden no reconocer abiertamente: el favoritismo existe y está influenciado por diversas características de los niños. La investigación sugiere que, aunque los padres intenten ser justos, las diferencias en la personalidad y el comportamiento de sus hijos pueden llevar a un trato desigual.
Este fenómeno plantea importantes preguntas sobre la dinámica familiar y el impacto que el favoritismo puede tener en el desarrollo emocional de los niños.