Ciencia

Científicos revelan que el Everest, montaña más grande del mundo, estaría destruyendo la corteza terrestre

Investigaciones recientes evidencian que las montañas del Himalaya aumentan su altitud cada año, mientras que erosionan la corteza terrestre en su proceso de formación geológica.

Estos descubrimientos sobre el Everest proporcionan una visión más profunda sobre la interacción entre la tectónica de placas, la formación de montañas y la dinámica interna de la Tierra. Foto: 4k Wallpapers.
Estos descubrimientos sobre el Everest proporcionan una visión más profunda sobre la interacción entre la tectónica de placas, la formación de montañas y la dinámica interna de la Tierra. Foto: 4k Wallpapers.

Estudios recientes demostraron que, además de elevarse a un ritmo de un centímetro anual, el Everest y otras montañas del Himalaya están contribuyendo a la destrucción de la corteza terrestre durante su formación. Este proceso aumenta la altitud de la región y, a su vez, afecta la estructura interna del planeta. Una investigación publicada en la revista Earth and Planetary Science Letters (EPSL), realizada por un equipo internacional de científicos, confirma que la colisión de placas tectónicas —responsable de la elevación del Himalaya— está vinculada a una considerable pérdida de corteza continental.

El Himalaya sigue siendo objeto de intensos estudios científicos que revelan aspectos sorprendentes sobre su origen. Este fenómeno también explica el crecimiento continuo de la meseta tibetana y de las montañas circundantes, impactando directamente en la geografía de la Tierra.

Científicos utilizan tecnología avanzada para medir cambios en la altitud del Everest y confirmar que la actividad tectónica es clave en su creciente elevación. Foto: Pavel Novak.

Científicos utilizan tecnología avanzada para medir cambios en la altitud del Everest y confirmar que la actividad tectónica es clave en su creciente elevación. Foto: Pavel Novak.

El Everest y otras montañas están destruyendo la corteza terrestre

El proceso que ocurre bajo el Everest se llama subducción, que es un fenómeno tectónico en el que una placa de la Tierra se desliza debajo de otra. En el caso del Himalaya, la placa Indio se mueve bajo la placa Euroasiática, creando una gran presión que forma las montañas. Sin embargo, este choque no solo produce montañas más altas, sino que también destruye parte de la corteza terrestre. Según el estudio, al menos el 30% de la corteza que colisiona se pierde y se va al manto terrestre durante este proceso.

Esta pérdida de corteza es considerablemente mayor que la erosión superficial, que se estimaba como el principal factor responsable de la disminución de la corteza. “Imagina una pieza de madera flotante con una capa de hierro unida debajo. Si la capa de hierro se suelta, la madera ascenderá hacia la superficie”, explica Ziyi Zhu, coautora de la investigación. Esta analogía ayuda a entender cómo el material más denso de la corteza continental se desplaza hacia el manto, mientras que el material más ligero se eleva, formando montañas como el Everest.

Estudios recientes revelan que el Everest y otras montañas incrementan su altitud un centímetro anual, mientras destruyen la corteza terrestre en su formación. Foto: China News Service.

Estudios recientes revelan que el Everest y otras montañas incrementan su altitud un centímetro anual, mientras destruyen la corteza terrestre en su formación. Foto: China News Service.

¿Cómo afecta este proceso a la elevación del Himalaya?

Este fenómeno de delaminación es crucial para entender el rápido ascenso de las montañas en el Himalaya y la meseta tibetana. Cuando las raíces densas de la corteza se separan, permiten que las capas superiores, más ligeras, suban con mayor facilidad, generando una elevación acelerada. Además, este proceso contribuye a la formación de una corteza más gruesa en la región, lo que refuerza aún más las montañas. El resultado es un paisaje que sigue creciendo en altura debido a la interacción entre la subducción, la delaminación y la tectónica de placas.

Esta delaminación es una de las causas principales detrás del rápido crecimiento del Himalaya, que sigue en constante ascenso. Según los científicos, esta fase de rápido ascenso estuvo acompañada por un aumento de la actividad magmática en el sur de Lhasa, en la región tibetana. Además, este fenómeno geológico está relacionado con el fortalecimiento de los monzones en el sur de Asia, ya que la elevación de la cordillera altera los patrones climáticos regionales.

La corteza destruida por el Everest podría afectar la composición del manto terrestre

Otro hallazgo clave de la investigación es que la corteza destruida en los procesos de subducción y delaminación puede alterar la composición del manto terrestre. A medida que la corteza continental se derrite y se incorpora al manto, puede modificar la heterogeneidad de los componentes del manto, lo que a su vez afecta la dinámica interna de la Tierra.

El estudio sugiere que estos cambios en el manto podrían tener implicaciones más amplias, no solo para la formación de montañas como el Everest, sino también para la evolución de los cinturones montañosos antiguos y la distribución de elementos traza en la corteza terrestre.

¿Qué técnicas utilizan los científicos para medir la velocidad de elevación del Everest?

Los científicos emplean tecnologías avanzadas para medir la velocidad de elevación del Monte Everest, cuya altitud sigue cambiando debido a la colisión de las placas tectónicas de India y Eurasia. Una de las principales herramientas utilizadas es el Sistema de Posicionamiento Global (GPS) de alta precisión, que permite detectar desplazamientos milimétricos en la posición de la montaña a lo largo del tiempo. Las estaciones GPS instaladas en puntos estratégicos del Everest recogen datos de manera continua, lo que facilita un monitoreo detallado de los movimientos tectónicos responsables del crecimiento de la cordillera.

Además del GPS, los investigadores recurren a la Interferometría de Radar de Apertura Sintética (InSAR), una técnica que combina imágenes satelitales para analizar los cambios en la elevación terrestre. Los satélites envían señales de radar hacia la superficie y, al comparar imágenes tomadas en diferentes momentos, los científicos pueden detectar deformaciones mínimas del terreno. Esta técnica ha sido clave para estudiar áreas de difícil acceso, como la cumbre del Everest, y ha confirmado que los procesos tectónicos son los principales motores del levantamiento de la montaña.