Trump quiere abrir el grifo del petróleo, pero la industria podría calmar sus ansias
La voluntad del presidente Donald Trump de impulsar la producción de petróleo y gas en Estados Unidos podría encontrar límites en la voluntad de la industria petrolera, que debe cuidar la ecuación de rentabilidad, señalaron analistas.
"Vamos a perforar", declaró el presidente republicano durante su discurso de inverstidura durante el cual pronunció también una de sus frases de cabecera sobre este tema: "We will drill, baby, drill", "¡Perforar, cariño, perforar!" traducido al español, que significa extraer crudo al máximo.
"Volveremos a ser una nación rica, y es ese oro líquido bajo nuestros pies el que ayudará a conseguirlo", añadió el magnate.
Estados Unidos ya es el principal productor de crudo del mundo y el presidente espera aumentar la producción de hidrocarburos para "llenar las reservas estratégicas" y "exportar energía estadounidense al mundo entero", destacó.
También, busca reducir el costo de la energía para los consumidores estadounidenses.
Por eso decretó un estado de "emergencia energética", y eliminó restricciones a la perforación de pozos en varias zonas, incluso en áreas protegidas de Alaska.
"Es difícil concebir la noción de 'emergencia energética' cuando Estados Unidos produjo 13,2 millones de barriles de crudo por día en 2024", más que cualquier otro país", afirmó a la AFP Stewart Glickman, de la firma CFRA.
La Agencia de Información sobre Energía (EIA) estadounidense prevé que la producción local alcance 13,5 millones de barriles diarios (mbd) en 2025, "un nuevo récord, añadió el analista.
- La posición de la industria -
Ante la perspectiva de una oferta demasiado abundante durante la nueva presidencia de Trump, con una demanda mundial que inquieta a los mercados, los productores estadounidenses podrían negarse a acelerar el paso para evitar que los precios del crudo caigan demasiado, según analistas.
Las empresas petroleras estadounidenses "actuarán en su propio interés económico y extraerán hasta que vean que es rentable" y "eso dependerá del precio del petróleo y del retorno sobre inversión", resumió Andy Lipow, de Lipow Oil Associates.
Algunas de las grandes petroleras ya se habían mostrado prudentes ante los volúmenes de oferta mundial.
"Vemos niveles récord de demanda de petróleo, niveles récord para los productos refinados", destacó en noviembre de 2024 el titular de ExxonMobil, Darren Woods, a CNBC. Pero "hay mucha cantidad disponible en el mundo actualmente, y mucho viene de Estados Unidos", añadió.
El ejecutivo habló entonces de racionar la producción al recordar que luego de la fusión de Exxon y Mobil en 1999, el grupo tenía 45 refinerías. Cuando él tomó el mando en 2017, tenía apenas 22, recordó a CNBC.
La estrategia de Trump plantea cuestionamientos a los analistas ya que la OPEP y sus aliados disponien de 5,8 millones de barriles diarios de capacidad ociosa, remarcó Robert Yawger, de Mizuho USA.
Ocho miembros de la alianza Opep+, entre ellos Arabia Saudita y Rusia, previeron revertir progresivamente recortes de producción de 2,2 mbd actualmente vigentes, lo que alimentaría los volúmenes del mercado.
Este jueves, Trump instó a Arabia Saudita y a la OPEP a "bajar el coste del petróleo", en una intervención en línea en el Foro Económico Mundial de Davos, Suiza.
"Voy a pedirle a Arabia Saudita y a la OPEP que bajen el coste del petróleo, de hecho, estoy francamente sorprendido de que no lo hayan hecho antes de la elección. (...) Si el precio fuera más bajo, la guerra enntre Rusia y Ucrania pararía inmediatamente", declaró.
- Justificar aumentos -
El nuevo gobierno estadounidense "debe justificar los aumentos de producción" pues deben ser "rentables", comentó Yawger.
"No van a repetir el problema que ya tuvimos en el pasado, es decir una sobreabundancia de oferta en el mercado y la desparición de la gallina de los huevos de oro", reflexionó.
La explosión del petróleo y el gas de esquisto hace unos 15 años transformó la industria estadounidense del crudo.
Inquieta entonces de la potencia extractiva de Estados Unidos, Arabia Saudita respondió inundando el mercado petrolero y haciendo caer el barril hasta los 26 dólares para el WTI estadounidense, en 2016.
Parte de la industria del petróleo de esquisto cerró y los que sobrevivieron prometieron controlar mejor su crecimiento y sus finanzas a futuro.
"Las políticas energéticas equivocadas e irracionales ya fueron superadas", resumió Jeff Eshelman, director de la organización profesional independiente Independent Petroleum Association of America (IPAA), en reacción a los anuncios de Trump. "Los amplios recursos de Estados Unidos serán liberados de forma responsable", añadió.
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