Trump promete "edad de oro" a EEUU y puño de hierro contra migración ilegal
Nada más convertirse este lunes en el 47º presidente de Estados Unidos, Donald Trump prometió transformar el país para devolverle una "edad de oro" y erradicar la migración ilegal.
Tras haber jurado "proteger la Constitución" bajo la cúpula del Capitolio en Washington, el republicano anunció una batería de medidas por decreto para demoler el legado de su sucesor y ahora predecesor, el demócrata Joe Biden.
Su prioridad: expulsar a los migrantes en situación irregular e impedir su entrada. Para ello no escatimará medios.
En el discurso de investidura, el millonario de 78 años prometió firmar múltiples decretos para declarar la emergencia nacional en la frontera con México, bloquear la entrada de migrantes y deportar a "millones y millones de extranjeros criminales a los lugares de donde vinieron".
Añadió que resucitará su programa "Quédate en México" para que los migrantes esperen el desenlace del proceso migratorio del otro lado de la frontera, y designará a los carteles como organizaciones terroristas extranjeras.
- Carteles y pandillas -
También invocará la Ley de enemigos extranjeros de 1798 para "eliminar la presencia de todas las pandillas", dijo Trump, dispuesto desde hace meses a declarar la guerra a la banda venezolana Tren de Aragua.
Abrirá más frentes diplomáticos, como cambiar el nombre del golfo de México por el de golfo de América, imponer aranceles a terceros países para ayudar a "enriquecer" a los ciudadanos estadounidenses y recuperar el control del canal de Panamá.
"China está operando el canal de Panamá y nosotros no se lo dimos a China", insistió el republicano.
Eliminará los programas de diversidad sexual y declarará la "emergencia energética nacional" para ampliar significativamente la extracción de hidrocarburos en el mayor productor mundial de petróleo y gas.
Biden, de 82 años, y su ex vicepresidenta Kamala Harris, derrotada por Trump en las urnas, escucharon atónitos las diatribas. No le aplaudieron. Sus seguidores en cambio estaban pletóricos.
El magnate promete una "edad de oro" y poner fin al "declive" para que Estados Unidos vuelva "a ser respetado en todo el mundo" y una nación en crecimiento que plantará, según él, la bandera en Marte.
El republicano, que cree haber sido salvado por Dios en el intento de asesinato contra él en plena campaña, advirtió que "las balanzas de la justicia se reequilibrarán".
La utilización "violenta e injusta del Departamento de Justicia y de nuestro gobierno terminará", proclamó el millonario, que ha sido condenado por delitos penales.
- Indultos -
El demócrata sabe que Trump llega con sed de venganza y en sus últimas horas y minutos de mandato concedió indultos preventivos a cinco familiares, congresistas y funcionarios, que están en el blanco de su sucesor.
Son "indultos a personas que eran muy, muy culpables de delitos muy graves", protestó el magnate en un segundo discurso en el Capitolio. Se refería sobre todo a miembros de la comisión de investigación parlamentaria que han denunciado su presunto papel en el asalto al Capitolio por una turba de simpatizantes suyos el 6 de enero de 2021.
Con Trump vuelve el espectáculo. Se había dado cita con sus seguidores en el Capital One Arena, un pabellón de Washington, donde asistió a un desfile y dio un discurso.
Les contó que firmará decretos de indulto para personas condenadas por participar en el asalto al Capitolio, que considera "rehenes", y otras muchas órdenes ejecutivas en el despacho oval de la Casa Blanca.
Otros los firmó delante de ellos mientras un funcionario iba diciendo en voz alta de qué se trataba. Algunos eran de trascendencia mundial, como la retirada de Estados Unidos, por segunda vez, del Acuerdo de París sobre el clima, otros de calado doméstico, como el que prohíbe a los funcionarios federales teletrabajar.
Como una estrella de rock, lanzó los bolígrafos al aire a sus simpatizantes que levantaban los brazos para intentar alcanzarlos y llevarse un recuerdo de su héroe.
Entre la multitud había familiares de rehenes israelíes retenidos por el grupo islamista palestino Hamás en Gaza.
Su intervención tuvo aires de mitin. Trump sabe que este mandato marca el comienzo de su salida de escena. Debe resignarse a no volver a ser candidato, salvo un golpe de fuerza contra el límite constitucional de dos mandatos.
Biden se fue en helicóptero, un amargo final para un hombre que hace cuatro años creía que Trump estaba acabado.
Aún así protagonizó una transición civilizada hasta el último momento.
Recibió en la Casa Blanca a Trump y su esposa Melania, vestida de azul marino y tocada con un sombrero con una banda blanca, para la tradicional visita de cortesía. Y fue a la investidura de quien desairó la suya en 2021.
También lo arroparon los expresidentes Bill Clinton, George W. Bush y Barack Obama y algunos de los hombres más ricos del mundo, como los magnates tecnológicos Elon Musk, Mark Zuckerberg y Jeff Bezos, y Bernard Arnault, el jefe del emporio del lujo LVMH.
La investidura fue en el interior del Capitolio, en vez de en las escalinatas, debido al frío polar que hiela la capital.
"Jesús es mi salvador y Donald Trump es mi presidente. Y sólo ver cómo este hombre ha cambiado, no sólo el país, sino el mundo, es tan revelador", declaró a la AFP una de sus simpatizantes, Rachel Peters, de 28 años.
La jornada de Trump comenzó con un oficio religioso en la iglesia episcopal de San Juan y terminará con bailes.
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